Google+ Sin pastilla rara: Blanquear los dientes de forma natural

Blanquear los dientes de forma natural

Todo el mundo quiere tener los dientes blancos, el problema es que la gente recurre al dentista o pastas de dientes blanqueadoras. 
Estas opciones son caras y se abusa de productos químicos tóxicos y abrasivos, también hay un centenar de restricciones, como las personas con dientes sensibles con restauraciones, coronas, los niños menores de 16 años, etc. Como si fuese poco se puede producir irritación en encías, alergias, hipersensibilidad e incluso problemas gastrointestinales con estos métodos.
Por fortuna hay salidas naturales y saludables para blanquear los dientes. El mejor es el blanqueamiento dental con cáscara de plátano (banana), no tiene abrasividad como otros blanqueadores naturales y es gratis.
Cómo blanquear los dientes, con cáscara de plátano
El metodo es sencillo, primero nos cepillamos los dientes como hacemos normalmente, de preferencia con una pasta de dientes natural.
Luego tomamos la cascara de una banana que este bien madura, ya que así tendrá mayor cantidad de potasio, y utilizamos la parte interior de la misma, frotándola suavemente por unos dos minutos contra los dientes.

Los minerales contenidos en la parte interior de la cascara como magnesio, potasio y manganeso son absorbidos por los dientes y en este proceso se produce el blanqueamiento.
El procedimiento se realiza dos veces al día, preferiblemente luego de almorzar y a la noche antes de acostarnos, aumentar el número de veces por día no va a blanquear los dientes más rápido.
Hay otros métodos de blanqueamiento de dientes naturales, como el bicarbonato de sodio, pero la mayoría contienen algún tipo de ácido o abrasivo, lo que puede causar problemas incluso aunque el producto sea natural.
Demás esta decir, que hay que tratar de evitar malos hábitos que manchan los dientes como el cigarrillo, exceso de bebidas como el café, el te o el vino, colorantes alimentarios, demasiado flúor son cosas de las que hay que cuidarse, y recordar salvo respirar todo en exceso suele ser malo.