Antes que nada, me gustaría contarte cuáles son las diferencias entre ambas. La levadura de cerveza es la que utilizamos para aumentar el tamaño de los panes o masas. En realidad no conviene abusar de ella. Si comemos pan, mejor es que sea tostado.
La levadura de cerveza nutricional es el desecho de las fábricas de cerveza y está desactivada. Tiene muchos nutrientes, como por ejemplo el complejo B, proteína, calcio, cromo, hierro, etc.
La levadura nutricional se cultiva sobre la cebada germinada y luego se seca a 60 ºC para evitar la destrucción de las termosensibles y valiosas enzimas. Esta última, es rica en proteínas, hierro, calcio, potasio, magnesio, vitaminas y generalmente posee vitamina B12.
La levadura de cerveza nutricional y la levadura nutricional sería el reemplazo del queso rallado. Y cuando digo esto me refiero al sabor, porque jamás lograremos la textura que tiene el queso. O sea que no tengas miedo en incorporar unas cucharaditas a tus sopas, ensaladas, arroz o lo que más te guste.
Ahora sí, podríamos afirmar que estos complementos alimenticios son muy ricos en proteínas, ya que su valor (del 45% a 60%) es superior al del germen de trigo (23,15%), al de la soja (16,64%) y al de la carne de ternera (31,5%). Además, tiene un bajo contenido en grasas.
Incorporar estos suplementos a nuestra alimentación es una garantía de salud. Nuestras uñas, músculos y pelo mostrarán una gran vitalidad y fuerza. Varios deportistas la consumen diariamente por sus propiedades. Y algo muy importante es que gracias a su alto contenido de cromo, se ha comprobado que las personas con diabetes mantienen unos niveles de azúcar en sangre más estables cuando toman levadura de cerveza, manzanas, nueces, cebada o brócoli.
Muchos especialistas recomiendan tomar este suplemento en el tratamiento del colesterol elevado. Atribuyen también al cromo la capacidad para rebajar el colesterol malo. Otros, sin embargo, consideran que es poco efectivo en el tratamiento de esta enfermedad.