El contacto físico no sólo es agradable, sino también necesario para el bienestar psicológico y emocional de las personas. En este sentido, la técnica de la abrazoterapia se postula como una novedosa medicina, empleada para mejorar, prevenir y curar diversas dolencias.
Abrazos sanadores
Los especialistas comprobaron que el abrazo posee propiedades terapéuticas, porque el contacto físico genera endorfinas, hormonas que tienen la facultad de potenciar el sistema inmunológico, hacerlo más fuerte y, por ende, prevenir varias enfermedades. Además de beneficios físicos, un abrazo diario eleva la autoestima, multiplica el afecto y hace sentir bien a quien lo da y quien lo recibe. Incluso alivia el dolor cuando suceden hechos tristes o desgracias; es símbolo de unión familiar.
De este modo nació la abrazoterapia, la práctica de suministrar abrazos con el propósito de curar o preservar la salud; es un tratamiento del malestar a través de un simple contacto físico: el abrazo.
Con esta técnica se transfiere energía y se brinda a la persona un estímulo emocional.
La piel es el órgano más grande del cuerpo y necesita cariño y cuidado; por ende, un abrazo puede cubrir gran parte de ella y sanar a quien lo recibe.
El fundamento científico terapéutico del abrazo se manifiesta en el gesto de la madre cuando toma a su hijo; gracias a ella, el bebé se siente unido y resguardado de todo peligro. Durante el abrazo se libera la oxitocina, una hormona relacionada con la conducta maternal. A su vez activa en el cerebro la liberación de serotonina (relacionada con la emoción y el estado de ánimo) y dopamina (regula el humor) que generan sensación de bienestar, sedación, armonía y plenitud.
El abrazo, además de hacer sentir bien, sirve para acompañar y contener; incluso actúa como consuelo frente a las adversidades de la vida cotidiana. Por otra parte, el contacto físico imparte una energía vital capaz de sanar o aliviar dolencias menores.
Otros grandes beneficios de los abrazos son:
- Rescatan de la soledad y el aislamiento.
- Potencian la autoestima y la confianza en uno mismo.
- Favorecen la comunicación afectiva.
- Estimulan la gratitud.
- Despiertan la creatividad.
- Conectan con la intuición.
- Propician las ganas de vivir.
- Brindan calma y sensación de satisfacción.
- Reducen la tensión y la ansiedad.
- Alivian el estrés.
- Generan sensación de protección y seguridad.
- Aquietan los miedos.
- Hacen los días más felices.
El papel del abrazoterapeuta
La abrazoterapia es un proceso de curación mutua, porque abrazante y abrazado desempeñan papeles intercambiables. Cualquiera puede ser abrazoterapeuta, pero si es verdaderamente profesional toma la responsabilidad de lo que hace o dice. Por lo tanto, los abrazos que comparte deben ser considerados respetuosos y llenos de afecto.
Algunas reglas son:
- Dado que la abrazoterapia es siempre asexual, el abrazo también lo será.
- Reconocer el permiso antes de dar un abrazo. Con frecuencia, el permiso para abrazar está implícito en una relación. Sin embargo, siempre es necesario respetar la necesidad ajena de privacidad y espacio.
- Asumir la responsabilidad de expresar lo que se necesita y el modo en que se desea recibirlo. Si se quieren más o menos abrazos, cortos o largos, siempre hay que decirlo.