El teff, que puede ser visto como semilla o grano, es pequeño como las semillas de amapola y hoy atrae la mirada de todo el planeta: es considerado el nuevo “supergrano”, palmo a palmo con la quinoa y la espelta. Salud y prosperidad.
Es habitual en esta época del año presenciar en toda Etiopía un proceso milenario conocido como aventado. Es la cosecha, en la que cosechadores aplastan matas de hierba buscando los granos del teff. Los etíopes lo cultivan desde hace milenios, pero el producto ahora parece estar atrayendo la mirada del resto del mundo, sobre todo en Europa y Estados Unidos. De alto contenido en proteínas y calcio y libre de gluten, el teff está ganando popularidad a nivel internacional.
El teff se usa para producir injera, un pan plano muy fino, pero el país mantiene una prohibición de exportar el grano desde hace mucho tiempo. Todo cambiaría si Etiopía aumenta su cosecha, esperanza para el futuro del país. “Empezamos desde cero, y ahora estamos llevando nuestra comida tradicional a todo el mundo”, dice Hailu Tessema, fundador de Mama Fresh, el primer productor a gran escala de injera en Etiopía. La aerolínea Ethiopian Airlines lleva 3.000 panes de injera de Mama Fresh a la semana desde Adís Abeba, la capital, a la ciudad de Washington DC, en EE.UU. La demanda está creciendo en un 10% por mes.
Mama Fresh da trabajo a más de cien personas y planea contratar a otras 50 este mismo año. También trabaja con 300 granjeros como suministradores de la semilla. Claro que para que siga el crecimiento de esta maravilla nutricional hace falta más investigación para hallar modos de producir más grano al año. Hay que impulsar a la cosecha de las 1,4 toneladas de teff anuales a las 3,2 toneladas de trigo que se producen en el mismo lapso. Tadele cree que se pueden llegar a las 5 toneladas. Sophie Sirak-Kebede, una empresaria etíope que lidera la promoción del teff en Reino Unido, sostiene que “el teff es la espina dorsal de Etiopía” y cree que el gobierno etíope no debe desperdiciar una oportunidad global que podría beneficiar a más de seis millones de agricultores, al tiempo que supondría el ingreso de muy valiosas divisas extranjeras.
Así como la quinoa ha traído grandes beneficios a Perú o Bolivia, la empresaria ve una gran chance de crecimiento para su país de origen, a la vez que el mundo conocería un verdadero superalimento, de propiedades nutricionales impresionantes. “¿Quién mejor que un granjero etíope cuando se trata de teff? Su calidad es incomparable”, defiende Sirak-Kebede a su gente, que quizás pueda prosperar en serio gracias a su tierra.
Visto en BBC
