Mi nombre es Matías Gustavo De Stefano. Nací en Agosto de 1987, en Venado Tuerto, Argentina. Soy uno de esos tantos niños nuevos que han nacido desde 1987 en adelante para traer y anclar la nueva conciencia, soy uno de esos niños, adolescentes y adultos denominados comúnmente como raros, fracasados escolares, desertores sociales o “índigo”.
Soy uno de los tantos trabajadores, organizadores y guías de este comienzo de era, de esta transición que todos estamos viviendo. Y es por mi labor ante este cambio que he decidido realizar este espacio dentro de la Internet, en la que puedo expresar quién soy, quiénes somos, qué hacemos, y contar un poco sobre lo que yo he venido a hacer, cómo ha afectado a mi vida humana esta labor, con la intención de ayudar a aquellos que están en el camino de despertar sus potenciales, así como yo lo estoy haciendo. Como mi labor es guiar a las almas que no están centradas aun en la Tierra, mis "Guías" y yo hemos determinado que cuanto haga yo sobre la tierra, debe estar relacionado con la Educación, y es por eso que decidí estudiar Psicopedagogía. No obstante eso, mis estudios iniciados en la Universidad Nacional de Río Cuarto, Córdoba, Arg., durante el 2007, no pudieron ser concretados justamente por mi condición de índigo; no lograba adaptarme al sistema y me era intolerable la manera de su educación arcaica para las nuevas y futuras generaciones. Hoy en día, me estoy dedicando a trabajar con las energías, preparando y ayudando a todos los humanos que pueda para enfrentase con la Nueva Era, organizando sus cuerpos físico, emocional y etérico desde el trabajo con su cuerpo energético.
En este espacio, espero poder plasmar todo aquello que a mí me ha representado desde pequeño, con la intención de mostrar que la vibración índigo y las tantas otras que están entrando en este mundo, estamos cada vez más presentes en la sociedad. Los invito a recorrer mis memorias, y a recordar las suyas, y así poder saber para qué estamos trabajando en esta vida en la que hemos decidido nacer.
Mi Vida
Mi infancia fue llevada a cabo en un entorno en el cual nadie tenía relación alguna con las temáticas que representan toda mi vida. Mi familia católica no practicante o no creyente, tuvo que lidiar en cierta forma con mis problemas o realidades… Durante los primeros 7 años de vida, podía observar a los seres etéricos, los cuales casi todos los niños ven, y los adultos les llaman “Amigos imaginarios”. Estos amigos, eran seres elementales, hadas, gnomos, y también seres angelicales, que me ayudaban a comprender la realidad en la que me encontraba.
Hasta aproximadamente mis 12 años, compartí mi día a día con estos seres que me enseñaron a tratar a los demás como humano, a manejar mis emociones, mi sociabilización, y todo lo que me era difícil de conllevar.
A partir de esta fecha, estos seres desaparecieron, anunciándome que comenzaría un nuevo período en que recordaría todo lo que había hecho antes, y que debía escribir o dibujar todo eso, utilizando herramientas que me habían estado enseñando para no sufrir lo que estaba por venir. Fue así que en ese mismo año, una semana más tarde, comenzaron las visiones, recuerdos y terribles dolores de cabeza que no cesaron hasta mis 17 o 18 años. Dentro de este período, mis amigos siempre estuvieron apoyándome, aún así cuando tuvimos que mudarnos a España, donde terminaría mis estudios.
Estos dolores traían millones de emociones, recuerdos de vida, historia, ideas y momentos sueltos, gigantisismo… todo lo que llevó a que muchos creyeran que padecía de enfermedades mentales como la esquizofrenia.
Durante todos estos años, siempre tuve el incondicional apoyo de mi madre, que sin entender nada, aceptaba todo, y sentía que por algo estaba sucediendo todo esto. Esos fueron años difíciles, hasta que gente desconocida comenzó a aparecer y a dar indicios de lo que me sucedía. Fue así que mis ideas comenzaron a organizarse, a través de charlas y terapias energéticas, encontrando gente que comprendía y ansiaba oír lo que yo tenía para contar a través de mis memorias.
En ese entonces, mis guías me comunicaron que debía volver a Argentina, para comenzar mis estudios de Psicopedagogía y Pedagogía, ellos decían que era por ahí por donde encontraría la manera de comunicar lo que debía hacer, y que enseñando a aprender era como ayudaría a los demás. Por eso me dirigí a Rio Cuarto, para estudiar dicha carrera, la cual terminó un año después, cuando los tiempos se aceleraron.
Siguiendo el camino de la Pedagogía, comenzaron a aparecer personas que colaboraron en mi organización, dándole sentido a todo lo que sabía, dándole el sentido psicopedagógico a los recuerdos que tuve durante 6 años…
En estos tiempos, mi labor sería la de ayudar a entender, aprender y aprehender a las personas sobre los procesos generales del universo, la Galaxia y la Tierra, y de nosotros como Humanidad.
Y eso es lo que soy y hago en el Aquí y Ahora, un “Psicopedagogo de la Existencia”, ayudando a quienes lo necesiten a ordenar sus ideas sobre la Totalidad, preparándonos para los nuevos tiempos que llegan, y comprendiendo los Por qué que hace miles de años nos han confundido.