Una impresora 3D salvó la vida de un bebé de dos meses
El niño afectado por una extraña condición respiratoria recibió una tráquea y bronquios impresos en tres dimensiones para poder respirar sin asistencia mecánica. Su cuerpo irá absorbiendo el objeto a medida que crezca.
Kaiba Giornfriddo tenía sólo dos meses de vida cuando, a consecuencia de un trastorno respiratorio llamado traqueobroncomalacia que le provocaba constantes ataques al corazón, tuvo que ser intervenido quirúrgicamente para hacerle un trasplante de una pieza de la tráquea que le permitiría respirar tranquilamente.
Lo extraño del caso es que la operación contó con una prótesis un tanto particular. Como la parte que aún no desarrollaba el bebé no puede tomarse de otro cuerpo, los médicos, cuasi ingenieros, imprimieron la pieza basados en una imagen topográfica del conducto respiratorio del bebé y la reprodujeron en una impresora tridimensional.
Para que esto fuera posible utilizaron un plástico cuyas propiedades facilitan la degradación y permite ser absorbido naturalmente en al menos tres años. Según publica el The New England Journal of Medicine, Kaiba lleva un año con este implante que no ha presentado ninguna consecuencia ni complicaciones posteriores.
El material se llama policaprolactona y justamente por sus características reabsorbibles asegura que no se necesitará otra intervención quirúrgica para ser retirado. Los médicos aseguran que, en unos años más, los pulmones y las vías respiratorias de Kaiba ya se habrán desarrollado y podrán mantenerse abiertos por sí mismos.
Sin duda, el aporte de la tecnología no sólo puede mejorar la calidad de vida de los seres humanos, sino que además forma parte de un gran avance de las ciencias en pos de salud. Este caso, abrió la posibilidad de que la combinación de imágenes de alta resolución, el diseño por computadora y los biomateriales utilizados para impresión tridimensional puedan favorecer implantes anatómicos precisos como el que le salvo la vida a un bebé. Evalúan si de la misma manera se pueden reproducir otros órganos.
La fuente original, tal como se indica en la nota, es un artículo publicado en el prestigioso New England Journal of Medicine, firmado por los médicos David A. Zopf, Marc E. Nelson y Richard G. Ohye, de la Universidad de Michigan y el Hospital de Niños Akron, donde operaron al bebé. Te invitamos a leerlo completo en el siguiente enlace (en inglés): http://www.nejm.org/doi/full/10.1056/NEJMc1206319?query=featured_pediatrics