Los seres humanos no alcanzamos a imaginar las bondades y beneficios que puede producir la risa. Este estímulo, que envía señales nerviosas al cerebro, genera una mayor respuesta del sistema inmunológico ante diversas enfermedades y es capaz de curar la depresión, el estrés y la angustia.Por eso la risa termina convirtiéndose en un tratamiento efectivo para controlar enfermedades que involucran el sistema inmunológico.
A través de la risa y la alegría se nos disparan una cantidad de hormonas, las glándulas empiezan a trabajar, se fortalece el sistema inmune, el sistema digestivo funciona mejor y eso hace que nos relajamos.
Muchas de nuestras enfermedades son emocionales, eso quiere decir que si cambia la energía de nuestro cuerpo nos mejoramos más rápido.
Estudios científicos demuestran que una persona que tenga un mejor estado de ánimo absorbe mucho más fácil los medicamentos.
LA RISA ES UNA MEDICINA
Las endorfinas, sustancias derivadas de la risa, son hormonas consideradas analgésicos naturales segregados por el cerebro, que proporcionan un estado bioquímico conocido como la felicidad.
La risa constituye una terapia de relajación que involucra a casi todos los sistemas que tiene el cuerpo. El ser humano siempre se alivia con todo lo que le produce alegría y se enferma con todo lo que le produce angustia.
Una sola carcajada es capaz de afectar los niveles físicos, mentales y emocionales de las personas, pues ayuda a segregar hormonas compuestas de serotonina, dopamina y endorfinas, las cuales bloquean las sensaciones de dolor. Estas sustancias pueden generarse por medio de la risa, el deporte, los besos, el sexo, los abrazos y hasta con un chocolate.
En este proceso trabajan más de 100 músculos, mejorando la circulación de la sangre, que se hace mucho más fluida. El sistema digestivo funciona correctamente, las defensas se fortalecen y por consiguiente las personas terminan sintiéndose mejor y con mayor fuerza.
Eso sucede la mayoría de las veces; está casi comprobado, y no por filosofías o por lo que dice la gente, sino por personas muy estudiadas y científicos. Sigmund Freud fue uno de los primeros científicos en estudiar los efectos de la risa. Para él, esta acción y el llanto eran una especie de ‘vómito mental’. Cuando una persona siente la sensación de malestar y vomita, inmediatamente pasa de un estado doloroso a uno de bienestar, sintiendo mayor tranquilidad.
Esas beta endorfinas que se derivan de la risa, las cuales generan las hormonas de la felicidad, producen un estado de bienestar, como éxtasis en el cuerpo y esa es la razón por la cual habría una mejoría.
